domingo, 21 de junio de 2009

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El barrio de Lavallol sigue sumando casos a la lista de inseguridad, desatada en el Gran Buenos Aires. Esta vez, la victima fue un joven de 19 años, que habría salido de su casa el lunes 22 de Junio, rumbo a la escuela 201, en la que cursaba el tercer año de instrucción secundaria básica.
El guardapolvo, fue hallado junto al cadáver, en las cercanías de Villa Inflamable.
El perito forense, Dr. Julián José Castillo, informo a las autoridades pertinentes, que el occiso no habría ingerido alimento alguno en los tres días anteriores al hallazgo.
“El cuerpo presentaba señales claras de violencia” informo a los medios esta mañana.
La familia fabo, presento ayer una denuncia contra la comisaría de Lavallol, que se negó a declarar a Patricio como desaparecido, cuando la familia informo su condición, cuatro días después de no tener noticias del joven.
El padre de Patricio, declaro: “Los policías se nos cagaron de risa en la cara, no quisieron buscarlo, y así termino. Estamos muy dolidos, pero también indignados por el comportamiento policial”
La madre, hablo hoy con los medios, y confirmo que iniciaran un proceso judicial contra los culpables: “No queremos que la muerte de Patricio quede impune, como tantas otras. Queremos justicia, y alguien tiene que hacerse responsable por lo que le paso a mi hijo” declaro entre sollozos.
El alegato principal de la familia, es que el Estado no les permitió brindarle a Patricio Fabo la seguridad y bienestar debida. La revisión del perito forense, en combinación con la psicóloga Luciana Flores, se utilizaran como elementos probatorios. Ambos confirmaron la evidente violencia a la que fue sometido el joven, antes de morir “El grado de desnutrición era excesivo, diversos tatuajes en su cuerpo fundamentan la teoría de el sentimiento de exclusión y marginación vivido permanentemente por la victima. Realmente, le dan a uno escalofríos” Declaro Luciana Flores, encargada del caso.
Desde pequeño Patricio tuvo déficit de nutrición. Su padre quedo desempleado siendo el muy joven, y su madre confeso el ejercicio de la prostitución para mantener a sus 6 hijos, pero no fue suficiente. El padre se dio a la bebida, y no paso demasiado tiempo para que Patricio incursionara en las drogas. “Intentamos internarlo varias veces en una granja, pero son demasiado caras, y el estado jamás nos ayudo. Cuando empezó a robar para comprar paco, lo tuvimos una semana encerrado en su pieza, pero logro escaparse, y fue ahí cuando desapareció”
Los hermanos lloran la muerte de Patricio desconsoladamente, y afirman que a pesar de todo, era una buena persona cuando no estaba bajo el efecto de la droga.
Los familiares y amigos piden justicia, por otra victima de la inseguridad social. Esperemos que esta vez, el crimen no quede impune.