martes, 25 de mayo de 2010

Fatídico.

Es un circo maniático;
A mi alrededor
La estulticia se ha reunido a festejar la derrota
De la razón.
No quisiera ser, quien ilógicamente pregona
Que la muerte ha de ser la bandera
Que los muertos merecen condena.
Ya no hay nada por lo que quiera agitar el estandarte
De tu cielo manchado con sangre
Solo quisiera pedirte que no grites a mi alrededor
Que mis oídos se han ensordecido con falsas quimeras.

Mi piel y tu piel se derriten
Como las brujas en noches de tempestad
Y algunos, pecando de ingenuos, insinúan, deslizan, susurran
Que no hay verdades, sino verdad.
Blasfemias de sórdido juicio
Decantan sus lenguas espinas
Desgastan eternamente, la gélida aberración de la tiranía.
Me pregunto si los gemidos que retumban
Serán de placer o dolor
De los esclavos que se sienten libertos
De los libertos extintos
O de los sordos sin voz.

Me pregunto quien defiende el suelo sin mirar el cielo.