lunes, 30 de noviembre de 2009

HORMIGUITAS (cuento infantil en seis partes)


PARTE 2




-Tenemos hambre-
Se lamentaban las hormiguitas sentadas bajo el árbol.
Otra hormiguita que pasaba, les dijo:
-Pero en el árbol hay muchas hojitas ricas para comer-
-Pero mira que alto que están. No podemos bajarlas-
-Tienen razón-
Les contesto la hormiguita y se sentó bajo el árbol.


(Ilustración: Joan Miró, si alguien sabe el nombre, se lo agradezco)

sábado, 28 de noviembre de 2009

HORMIGUITAS (cuento infantil en seis partes)



PARTE 1



-Tengo hambre-
Se lamentaba la hormiguita sentada bajo el árbol.
Otra hormiguita que pasaba, le dijo:
-Pero en el árbol hay muchas hojitas ricas para comer-
-Pero mira que alto que están. No puedo bajarlas-
-Tenés razón-
Le contesto la hormiguita, y se sentó bajo el árbol.


(Ilustraión: "Raíces" por Eduardo Belloni)

lunes, 23 de noviembre de 2009

No diré adios para irme de un lugar a donde jamás estuve

Demasiado espere para liberarme, quizas con el tiempo empece a sentirme prisionera sin serlo. Y aunque siempre tuve claro quienes eran carceleros y quienes eran compañeros; me perdi en el sendero de creer ilusamente que lo imposible era posible, que lo posible era imposible.
Y pensar que no hay carceleros sin encarcelados, y pensar que no tengo cadenas, que yo sola quise estar ahí, pero ellos…¿puedo llorar por ellos?
¿Puedo liberarme sin contarles que hay cadenas que los retienen? ¿Para que quiero mi libertad, mientras halla gente encadenada?
Voy a hacerlo, voy a saltar, a correr, a gritar. Voy a encontrarme conmigo de nuevo y a contarme todo lo que vivi sin darme cuenta, saber a quienes quise sin querer, recordar a quienes nunca deje de odiar; esas malditas escorias que quisieron arrebartarme mi libertad, sin saber que en realidad nunca la perdi.
Y saber que estoy aquí. Que siempre fui yo. Que aunque no lo sepan, jamas fui ellos.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Fuera de foco


A veces me siento tentada a preguntarme ¿A dónde estoy parada? ¿Cómo llegue hasta aquí? ¿Hacia donde voy a correr cuando sienta la necesidad de hacerlo?
No soy consciente de que la vorágine me atrapa en una forma de la que no siempre puedo escapar. Soy, como tantos, esclava del reloj, donde (como Quino sabiamente dice) “Lo urgente nunca deja tiempo para lo importante”

Revoluciona

¿Se llama pensar cuando solo podemos pensar lo que se nos impone?
¿Cuál es la diferencia entre pensar igual que el otro por convicción, y pensar igual que el otro por imposición?
¿Cómo se cuando habla el sujeto y cuando el sistema?
¿Dónde termina la imposición?
¿Dónde empieza la censura?
¿Cuándo se convierte en autocensura?
Si no somos capaces de decir lo que pensamos,
¿son realmente valederas nuestras convicciones?
¿Son realmente verdaderas?
¿Por qué pensar diferente tiene un costo tan alto?
¿Por qué condenamos la diferencia?
¿Por qué tengo mas preguntas que respuestas?
Lo diferente siempre dio miedo, asustaba antes de Cristo y nos asusta ahora. Deberiamos evolucionar. Deberiamos re-volucionar.

*

Yo quiero conocer más alla del conocimiento,

quiero saber las causas de lo que sabemos,

quiero entender porque el “porque” pasa desapercibido y nos quedamos en la superficialidad del hecho.

Y lucho por llegar aun más alla, lucho por construir conocimiento.

El par dispar de las medias enteras.

Real Academia Española: Media: (De media [calza]).
f. Prenda de punto, seda, nailon, etc., que cubre el pie y la pierna hasta la rodilla o más arriba.


Su nombre completo sería el de medias calzas pues las antiguas calzas cubrían desde la cintura hasta los pies, y las medias solamente la mitad que las calzas. La misma raíz calc- está presente en calceus, nombre latino de la prenda de vestir que se ajustaba al pie . Cuando los romanos adoptaron de los pueblos germánicos el uso de las medias, las denominaron con un derivado de calceus: calcea (calzas). Durante la Edad Media, las calzas se fueron llevando cada vez más largas, hasta cubrir desde los pies hasta la cintura. Hasta el siglo XV sólo los hombres usaban calzas o medias; las mujeres al llevar vestidos, utilizaban el zapato con la pierna y los pies descubiertos.

“Con mis pies, con estos dos pies, puedo trepar, correr, saltar, pisar, pero nunca los usaría para pararme sobre ti, lo que mas quiero es avanzar a tu lado”






Carola fue a la boutique con mas dinero del necesario. Iba a comparse un bonito par de medias. Pero no cualquier par de medias, sino EL par de medias, uno digno de lucirse en sus perfectos pies, que deslizaran suavemente al roce de sus perfectos zapatos.
En el atril podian verse todo tipos de medias: de rejilla, con costura, caladas, con encajes, de verano, pantimedias; medias tres cuartos, soquetes, medias de colegialas, de hilo, de seda, de lana, de nylon, bordadas…
Finalmente, luego de enloquecer a la vendedora, se decidio por un magnifico par rosado que le llegaba a la rodilla, de seda importada, con flores bordadas a mano.
Llego a su casa maravillada, y las guardo delicadamente en el tercer cajon del armario. Decidio que las estrenaria en una ocasión especial. Martina tenia sus medias llenas de parches que no alcanzaban a cubrir los agujeros que el tiempo y las poliyas le habian regalado. Un dia, adolorida ya por las ampollas que le causaban junto coraje para decirle a su madre que necesitaba un nuevo par. Acongojada pero sin dinero, le dijo que al dia siguiente le preguntaria a su hermana si tenia algun par que ya no usara.
Pasaron varios dias hasta que finalmente, se aparecio sonriente frente a la hija con el bollito de tela entre sus manos. Martina las recibio encantada, mientras escuchaba la historia.
Las medias las habia comprado una tal Andrea, la patrona de su prima, pero que al poco tiempo pasaron de moda y decidio regalarlas. Fueron a parar a los pies de su prima, que las uso y re uso hasta que los primeros agujeros la apremiaron a comparse un nuevo par. Se las dio a otra prima, que no podia comprarse unas, pero que felizmente luego de un tiempo de usarlas recibio otro par para su cumpleaños, y enterada de la necesidad de Martina, decidio cederselas luego de remendarlas, y agregar amorosamente unos rusticos bordados.
Martina estaba feliz de poder deshacerse de su antiguo par, y conmivida por la dedicacion de su prima, se las puso al instante. Pasaron los meses, y las medias olvidadas en el tercer cajon del armario se apoliyaron sin salir de su envoltorio. Carola se deshizo de ellas indiferentemente, sin recordar si quiera la alegria que sintio aquel primer dia en la boutique.
Llevo las medias inservibles hasta el cesto, y ya no las volvio a ver. Pero sin que se diera cuenta, una de las medias se las ingenio para escapar de la bolsa, y caer en el fondo del tacho, donde paso desapercibida un largo tiempo, hasta que semanas mas tarde, Carola se percato de la insistencia de la media de quedarse alojada alli, la removio del fondo, y esta vez fue cuidadosa en que se quedara adentro de la bolsa. El recolector de basura paso a las 20:00, y la media de Carola fue a parar al basural. Pasaron los agujeros, y con todo su pesar, Martina debio tambien deshacerse de ellas. Las sostuvo en sus manos una vez mas, recordando con especial emocion el cariño de su prima al remendarlas y adornarlas para ella. Las puso en una bolsa pequeña, sobre las otras bolsas de desechos en el cesto de la puerta.
Unos niños lo encontraron, y se divirtieron un buen rato jugando a la pelota, hasta que la bolsita termino recostada en un descampado lejano. Un perro rabioso que pasaba, se desquito con la bolsa. Una de las medias callo rendida sobre los yuyos, y la otra huyo aferrada a su hocico. Alejado ya del barrio de Martina, un camion de control animal diviso al perro, y se dirijio a la perrera local para tratarlo, llevandose consigo a la intrepida media. Una vez alli, el veterinario descubrio la maltratada tela en un rincon, y se dispuso a llevarla al cesto. El recolector de basura paso a las 20:00, y la media de Martina fue a parar al basural. A lo largo de los dias, el viento travieso y la caprichosa lluvia, jugaron la broma de juntar las medias. La media Carola, de seda bordada, y la media Martina, gastada y rota.
Jugaron un rato, a jugar con el viento. Solo son medias, no saben de donde vienen, no saben que son diferentes, no saben que nacieron iguales, y ahora que estan solas y acompañadas se preguntan porque no pudieron haber sido un unico par.