Llegó.
Nadie lo llamaba.
Llegó.
Llego para quedarse.
Llegó.
Se metió en mi bolsillo,
Se escondió en mi cartera…
Llegó;
Y yo lo deje quedarse.
Llegó.
Para molestar,
Para ser arena en los zapatos,
Llegó;
Se instalo en mi almohada.
Se hizo tinta, se escribió en mi diario.
Se hizo luz, y creó la oscuridad.
Llegó.
Se quedó una mañana.
Se quedó otra mañana.
Se inventó,
Otro mañana.
Llegó.
Rescató un diente de aquel león.
Partió el cielo, escupió al suelo.
Y me obligó a ser feliz.
jueves, 28 de junio de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)