lunes, 3 de febrero de 2014

Voy a dejar morir la planta de mi repisa.

“Solos tú y  yo
Remando a contracorriente
Pudimos alcanzar el infinito.”


Voy a dejar morir la planta de mi repisa.


Como el esputo de la más cruenta bestia
Me revelé sobre ti.
Pobre criatura de estos aires
Tristemente apaciguada
Por un ríspido soliloquio monosilábico
Disfrazado de ternura dominical.

Voy a mudarme de mí
Voy a vivir a otra parte.
Me llevaré algunos fantasmas, pero no todos
Muchos quieren ultrajarme.
 
Desnudarte así
Sangriento e iracundo
Llenó mi garganta de bilis
Y mis venas de aire
Llenó de mentiras tus úlceras
Y mi dignidad se suicidó en las verdades
Junto con Pedro Grullo.

Si la fe en no volver a verme
Usurpó mi patíbulo,
Y el eterno instante de mis pies colgantes
Es lo que mantiene tu respiración
No necesitarás la soga.
Me asesinaré con tu aliento.

No sé esperar al tiempo
Ya no circula en mis arterias
Se ha detenido en el apéndice, y espera
Que un péndulo azaroso
Lo viole hasta el paroxismo.

Sigo viva, lo sé
Me mueve la costumbre de estarlo.

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